Investigación
Se trata de una ocupación vinculada al Periodo Medio local (ca. 500 – 1200 d.C.) representado principalmente a través de la presencia fragmentería cerámica decorada del estilo Cabuza y piezas y fragmentos decorados vinculados al estilo Tiwanaku A (sensu Uribe 1999), la cual presenta como suelo original de ocupación una matriz francolimosa de compactación relativamente baja.
Ahora bien, no consideramos que exista aquí la presencia de colonias ni un control directo de las poblaciones costeras por parte de asentamientos de un orden jerárquico mayor en la zona (p.e. lo Cabuza del valle de Azapa) sino más bien, expresiones local-costeras las cuales, en condiciones autónomas, ejercieron contactos, intercambio e influencias con grupos mayormente jerarquizados, resguardando una base local tentativamente igualitaria para este periodo. Dicha hipótesis se sustenta en la predominante evidencia de cerámica utilitaria (sin decoración) presente en el área, la menor frecuencia de elementos decorados foráneos y locales dentro del yacimiento BTCH-3, así también el hecho de que la ergología del yacimiento responde intrínsecamente a actividades domésticas costeras y/o de poblaciones no dependientes de la actividad agrícola, con un cierto grado de interacción económica con los habitantes del valle y de la costa del extremo sur peruano (Owen 1992, Berenguer 2000).
De manera preliminar fue posible reconocer una ocupación permanente en el área del yacimiento, y que representaría a poblaciones local-costeras. Con evidencias de interacción con poblaciones vinculadas al estado Tiwanaku, provenientes desde el sector de Moquegua (representadas a través del componente cerámico de tipo Kero (tipo Tiwanaku) y escudillas (vinculadas al estilo Tumilaca).